sábado, 20 de septiembre de 2008

INFLUENCIA PERSONAL

Muy a tener en cuenta en el curso de nuestro desarrollo, es la influencia personal: aquello que generamos en el entorno, en las personas con las que tratamos en todo momento.
Stephen Covey (en su libro "Los Siete Hábitos de las Personas Altamente Efectivas") menciona la "cuenta bancaria emocional", haciendo especial incapié en el balance de la misma, manifestando la riqueza de nuestras relaciones mediante "saldos positivos", y, la pobreza, en "los números rojos".
Podemos darle muchos rodeos al tema, aunque indefectiblemente se cumplirá la ley natural que reza:"cosecharás aquello que has sembrado".
Es aquí donde adquiere vital importancia que conozcamos -absolutamente siempre- qué semillas estamos dispersando; de modo de poder anticipar cómo serán las
relaciones que veremos crecer, y si se adecuan al proyecto de vida que hayamos diseñado...
Anteriormente, principalmente en el mundo de los negocios, se creía como único sustento de los beneficios propios a los perjuicios ajenos (modelo de escasez), aunque también ahora tenga sus adeptos, este paradigma carece de posibilidades a largo plazo.
En la actualidad, van tomando fuerza los planteos "ganar-ganar", en la que los protagonistas buscan no sólo el cumplimiento del propio objetivo, sino también el de las demás partes intervinientes, permitiendo asegurar la permanencia.
Quienes toman más en serio esta filosofía, se centran en "ganar-ganar o no hay trato"; es decir, tienen tan clara la no sustentabilidad de cualquier otro modelo (ganar-perder, yo gano, tú pierdes; perder -ganar, yo pierdo,tú ganas; perder- perder, yo pierdo, tú pierdes), que de ningún modo -aunque en lo inmediato plantee importantes conveniencias- aceptarían un trato que no redunde en beneficios para todos.
Y es justamente la trayectoria en este modelo la que determinará el factor decisivo en que tengamos o no influencia: la CONFIANZA.
Sólo en aquellos en que seamos capaces de generarla, hallaremos personas que verdaderamente nos escuchen, nos acompañen en nuestros proyectos, conociendo que, aunque en un principio no nos comprendan, sí o sí, nuestras decisiones, compromisos y acciones serán coherentes con sus intereses.

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